Laguna salada de Torrevieja

No es ningún secreto que me guste viajar. Lo normal es que no haya terminado un viaje y ya esté pensando en el siguiente, aunque sean escapaditas de un día o un fin de semana largo. Es parte de mi autocuidado y me ayuda a recargar pilas, a pasar un tiempo muy bonito en familia y a volver con un montón de fotos para el recuerdo, ¡cómo no!

Para que sea una experiencia agradable para toda la familia, siempre me ocupo de elegir un sitio que piense que les va a gustar a Emma y Ana. Esta vez esperaba que les gustara aunque solo fuera por el color del agua, que es ¡rosa!

Laguna rosa, ¿por qué?

Esta laguna sigue siendo fuente de extracción de sal, por lo que su alta salinidad permite a pocos seres vivos vivir en ella. Dos de los organismos que la habitan son el alga Dunaliella salina y un crustáceo llamado Artemia Salina (que se alimenta del alga) que son de color rojizo y que, al encontrarse casi solos en la laguna, se reproducen con mucha facilidad. Por lo tanto, la alta concentración de estos seres vivos confiere ese color rosa a la laguna.

Dónde dejamos el coche

A la Laguna se puede acceder por diversos sitios, pero yo buscaba uno que estuviera cerca de la carretera y desde el que, además, se pudiera disfrutar de la puesta de sol. Buscando por Internet, descubrí un sitio donde se puede dejar el coche que queda bastante cerca de la laguna. Es la calle Lavanderas, de Torrevieja. Y, desde ahí, por el caminito de tierra que ves desde la carretera hasta la laguna, se puede acceder fácilmente. Pongo una vista aérea de Google Maps por si algún día quieres ir.

Llegando a la laguna

El caminito de tierra te lleva directamente a la Laguna Salada o Laguna Rosa. Nosotros elegimos ir al atardecer porque el sol se ponía justo enfrente de nosotros. El problema fue que estaba muy nublado, por lo que me quedé con las ganas de disfrutar de un bonito atardecer allí. Dicen que la mejor época para ver esta laguna rosa es a finales de verano, así que quizás volvamos en esa época ya que nos pilla cerquita.

Conforme nos íbamos acercando, empezamos a ver zonas blanquecinas junto a los matorrales. Tenían cierto parecido a la nieve, pero evidentemente no lo era, era sal.

Junto a la laguna

Debo mencionar que la Laguna Rosa pertenece al Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, y para preservarlo, está prohibido bañarse allí.

Como ya he comentado antes, dicen que la mejor época para ver la Laguna Rosa es a finales de verano. Como nosotros fuimos en enero, para poder ver el color rosa tuvimos que acercarnos hasta la orilla. La primera en verlo fue Emma, que quedó bastante asombrada de que hubiera un lago de su color favorito.

Las fotos de familia

Cuando vamos de viaje intento que nos hagamos una foto familiar los cuatro. Para ello, suelo ir cargada con el trípode. O, mejor dicho, Edu va cargado con el trípode…

Esta vez, tenía ya colocado el trípode y la cámara estaba preparada, pero Emma y Ana estaban entretenidas jugando con unas piedras y no les interesaba ponerse en la foto, así que aprovechamos nosotros, que bueno, desde que tuvimos a Emma, ¡tenemos pocas fotos de pareja!

Si te fijas al fondo, hay varias montañas blancas, que son montañas de sal extraída de esta laguna.

Tengo configurada la cámara para que haga 5 fotos cuando la pongo con el autodisparador. Así tengo más oportunidades de que alguna foto salga como yo quiero, que con niños ya sabemos que no es fácil. Como estábamos solos, ya la primera foto salió estupenda (véase arriba, guapísimos y maravillosos los dos, jiji), así que no sé qué pretendió hacer Edu en la siguiente que ¡casi nos tira a los dos al suelo!

Tras desmontar el trípode, Emma y Ana vinieron a buscarme, así que le pedí a Edu que nos hiciera alguna foto a las tres. Me pidieron jugar al corro de la patata y nos pusimos a hacerlo. Duramos poco porque enseguida Ana dijo: ¿y papá qué? Así que paramos para dejarle entrar a nuestro corro. Se le ocurrió a Edu la idea de que, en cada viaje que hagamos, juguemos una vez al corro de la patata. A ver si lo conseguimos y a ver si también consigo inmortalizarlo a la próxima (¿ves como casi no he terminado un viaje y ya estoy pensando en el siguiente?).

Mamá y sus hijas jugando al corro de la patata en la Laguna Salada de Torrevieja

¡Un abrazo y gracias por acompañarme!

Marta

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