Cantabria en familia

Cantabria en familia

Mi padre es cántabro y, hasta 2011, que fue cuando murió mi abuelo, pasé todas las navidades de mi vida (y parte de algunos veranos) en Torrelavega, una ciudad de Cantabria. Cuando era más pequeña era consciente de lo diferente que es el paisaje allí con respecto a Murcia, pero no llegaba a darle el valor que le doy ahora, primero porque era más joven y no prestaba tanta atención a todo y, segundo, porque daba por hecho que seguiría yendo allí.  Desde que ya no viajamos apenas al norte, es cuando he empezado a darme cuenta de que aquello es maravilloso y es una recarga de energía para mí ver y disfrutar de tanto verde.

Como aún sigo teniendo familia en Torrelavega, el fin de año pasado, es decir, de 2021, decidimos volver a la tierruca, como la llaman los cántabros, para ver a mi familia y, a la vez, para disfrutar de esos paisaje con mis hijas. Voy a contarte lo que hicimos.

Alojamiento

Aunque siga teniendo familia en Cantabria, ya no tienen espacio para alojarnos a todos porque la familia se ha ampliado 🙂 así que encontramos la Casa Rural Consuelo, en Viérnoles. Estuvimos genial, la casa era muy cómoda, amplia, con suficiente menaje de cocina, posibilidad de aparcamiento en la puerta y de muy fácil acceso desde la autovía. No pongo fotos porque en las que yo hice sale mi familia y porque las puedes ver en Google. Consuelo, la dueña, nos trató genial y se aseguró de que estuviéramos muy cómodos en todo momento. Aunque se anuncia como una casa, realmente son 4, con distintas capacidades: desde dos personas hasta 7, con posibilidad, claro, de coger distintas casas para que quepan todas las personas que vais.

Bosque de secuoyas

Este bosque de secuoyas se encuentra cerca de Cabezón de la Sal. El motivo por el cual está ahí se remonta a los años 40, cuando decidieron plantar de forma experimental unas 800 secuoyas, caracterizadas por su rápido crecimiento, para que así su madera sirviera para la industria de la zona. Sin embargo, cuando las secuoyas ya se podían talar, su madera no interesaba, por lo que se dejaron allí.

En 2003 el bosque fue declarado Monumento Natural y ahora hay algunas secuoyas que miden cerca de los 40 m de altura. Es totalmente recomendable perderse entre los árboles, observarlos, mirar hacia arriba y tocar los trozos de corteza que caen al suelo que, al contrario de lo que puede parecer, son muy suaves y se pueden deshilachar muy fácilmente.

Cuevas de Puente Viesgo

Recuerdo visitar estas cuevas cuando era pequeña, tanto la del Castillo como la de las Monedas. Entonces no tenían más que un cerrojo en la puerta y un kiosco fuera para comprar entradas. Cuando fuimos ahora me sorprendí de lo cambiadas que estaban, de hecho, casi nos quedamos sin poder entrar porque no habíamos comprado las entradas con antelación. Para que eso no te pase, te recomiendo comprar las entradas aquí. Cuestan 5 euros para mayores de 13 y 1,5 euros para menores. La visita dura unos 45 minutos, la temperatura en el interior de las cuevas se mantiene estable durante todo el año: unos 13ºC con alto porcentaje de humedad, por lo que, vayas cuando vayas, recuerda ir abrigada.

Esta vez solo entramos a la cueva del Castillo y me gustó por las pinturas que hay dentro y por la sensación tan especial de estar dentro de cuevas donde antiguamente vivieron personas, permitiéndome imaginar cómo sería la vida allí dentro. Eso sí, mis hijas (5 y 8 años) se aburrieron un poquillo y pasaron algo de miedo. Con esto no digo que a los tuyos les pase, la verdad es que por el precio de la entrada, al menos merece la pena probar.

El pueblo de Puente Viesgo también merece una pequeña parada: es muy pequeño pero majestuoso y elegante, muy bien cuidado y cuenta con un paseo junto al río Pas bien bonito.

Cueva el Soplao

Solemos ver fotos y leer información por internet de aquello que vamos a visitar para anticiparnos a saber si nos gustará o no. Sin embargo, en este caso yo te diría que compres las entradas aquí y te dejes sorprender. Solo te adelanto que entrarás y saldrás de la cueva en tren y que, como es una cueva, vayas bien abrigada. El resto, cuéntame cuando vayas 😉

Por si te interesa saberlo, mi hija mayor disfrutó esta cueva y la menor se aburrió en alguna parte porque la visita de casi 1 h se le hizo un poquillo larga.

También es obligatorio disfrutar de las vistas a los picos de Europa. Con un poco de suerte, verás a vacas pasar por delante de ti y pastar por allí.

Suances

Suances significa para mí momentos divertidos con mi familia, saltar y correr por el muro del paseo, comer helados, ir y volver conduciendo el Peugeot de mi abuelo, con él de copiloto y mi hermana y primas detrás, escuchando música "ratonera" según decía mi abuelo, que le sacaban de "Te juro Juana que tengo ganas de verte hasta la punta el pie, la pantorrilla y el peroné" y ya le parecía demasiado... No sé si a ti te pasa algo parecido con alguna ciudad, pero yo escucho la palabra Suances y siento a mi familia y huelo a mar.

En fin, que es un pueblo pesquero, el típico de veraneo de allí, al que fuimos exclusivamente para tomar un brunch en el Hotel El Castillo de los Locos con vistas al mar. Y si además tienen una burger veggie tan deliciosa y hace un sol tan bueno como el que hacía, pues no puedo más que recomendarte la experiencia. Y con parque infantil al lado por si tus peques necesitan desfogar un rato.

Santillana del Mar

A esta villa se le dice que es una mentirosa, pues ni es santa, ni llana ni tiene mar XD De lo que no puede mentir es de ser preciosa: las calles están todas empedradas y las casas son también de piedra. Y, aunque el encanto lo tiene en cualquier época del año, yo que soy muy fan de las lucecitas de Navidad, disfruté muchísimo caminando por sus calles y deleitándome con lo bonitas que habían decorado las casas y la colegiata.

Cabárceno

Reconozco que tengo sentimientos encontrados con este parque. Llevo años sin ir a zoos puesto que no soy partidaria de enjaular a los animales por el puro placer que nos otorga a los humanos verlos. Sin embargo, sabía que este parque es diferente, la mayoría de animales tienen espacios muy grandes donde estar y, de hecho, es recomendable recorrerlo en coche para poder abarcarlo entero en un solo día (tiene 7,5 km² de extensión) y tiene dos líneas de funiculares que lo recorren desde las alturas.

Mis hijas disfrutaron muchísimo viendo tantos animales y la mayor hizo un recuento de las veces que nos bajamos y subimos del coche, en total, 16. Si tienes peques a los que aún no les mola subir y bajar del coche, no vayas, espera a que eso no sea motivo de desesperación como me pasaba a mí hasta hace uno o dos años.

Aunque la mayoría de animales tienen bastante espacio, la cuestión que me ronda es: ¿será suficiente? En caso de estar libres estos animales sin la necesidad de ir a buscar comida porque se la dieran diariamente, ¿vivirían felices en esa cantidad de territorio o necesitarían más?

Y con esta reflexión te dejo por hoy. Espero que mi acercamiento a Cantabria te haya gustado y que, si te animas a ir, me lo cuentes 😉

¡Un abrazo y gracias por estar al otro lado!

Marta

 

Introduce aquí tus datos si quieres recibir 3 guías para mejorar tus fotos:

  • Guía Trucos para capturar sonrisas reales
  • Guía 12 trucos para mejorar tus fotos
  • Guía 9 trucos para hacerte tus propias fotos de embarazo

Lo del código postal es para saber si resides en la provincia de Murcia o fuera y así mandarte o no información sobre las sesiones de fotos que llevo a cabo 🙂

Marta Ahijado saltando en un campo verde con fondo de árboles

Leave a Reply