Culpabilidad, “deberías” y prioridades de vida

Culpabilidad, "deberías" y prioridades de vida

Empiezo a escribir estas líneas el sábado 11 de junio, a las 10 de la mañana. Llevo días sin publicar stories en Instagram y hace meses que quiero empezar a publicar reels pero no lo hago. Además, de los últimos 10 días, solo 4 he trabajado algunas horas (pocas, muchas menos de las que yo considero necesario para mi proyecto). Y me siento culpable, sí, porque yo debería (por lo menos ya no digo “tengo que”, he bajado un nivel de autoexigencia) estar trabajando a tope para atraer familias para fotografiar este verano. 

Que quede dicho que ni hoy ni mañana voy a trabajar tampoco porque esta tarde voy a la fuente del Gorgotón y mañana he quedado con unas amigas a las que hace más de 6 meses que no veo. 

Entonces llegará el lunes, me reuniré con mi grupo de emprendedores del Plan Okre y diré: no he cumplido objetivos. Y me sentiré mal porque vaya dos semanas llevo, que digo que voy a publicar reels y no lo he hecho. 

Todo esto es lo que llevo diciéndome un rato mientras terminaba de recoger y limpiar la cocina.

Entonces he entrado al baño, he visto la quemadura en el escote de ayer y he pensado:

¡qué bien lo pasamos!

Entonces he entrado al baño, y he visto la quemadura en el escote de ayer (embadurné a mis hijas en crema, pero a mí se me olvidó echarme en el escote) y he pensado: guau, qué bien lo pasamos. Estuvimos en Aqua natura porque le regalamos esta experiencia a mi hija Ana por su cumpleaños. Luego ella, por no llegar a la altura de 1,20 m no pudo montarse en los toboganes, ni siquiera en los de flotadores, pero bueno, esa es otra historia.

Volviendo al tema del cumpleaños: el martes pasado, Ana, mi hija menor, la que hace “dos días” me pedía que la acompañara a todos sitios porque se sentía insegura, cumplió 6 años. Y no solo eso, también tuvo su graduación de infantil y subió al escenario llena de orgullo a recoger su diploma cuando dijeron su nombre (se me saltaron las lágrimas, os prometo que hace pocos meses se habría negado a subir). Y al día siguiente invitamos a varios compis del cole a casa y celebramos su cumpleaños porque para ella, tener a sus compis en casa, era uno de los mejores regalos que le podíamos hacer. Y yo no dudé ni un solo momento en aparcar mi trabajo para poder hacer que esos dos días de cumpleaños y graduación, fueran muy especiales.

Edu participó en la carrera Ultra Trail Bosques del Sur, en Cazorla, recorriendo una distancia de ¡¡100 km!!

Siguiendo la cronología hacia atrás, el fin de semana anterior tampoco trabajé porque estuvimos de viaje. Nos fuimos a Cazorla que, aunque fue un viaje de ocio, tuvo un motivo especial y es que Edu, mi marido, participó en la carrera Ultra Trail Bosques del Sur, recorriendo una distancia de ¡¡100 km!! Cuando se inscribió a principios de año, alquilamos una casa allí para poder acompañarle en la experiencia y verle llegar. 

Luego reconozco que me arrepentí, porque cuando acompañas a alguien a una carrera, y más una de estas características, te pasas el tiempo algo nerviosa, mirando el móvil y geolocalizando al corredor para saber cuándo pasará por cierto punto kilométrico para estar, abrazarle y darle ánimos para que consiga su objetivo, sin realmente disfrutar del sitio donde estás. 

Así que esta vez le dije que nosotras haríamos nuestro plan, que para una vez que íbamos a Cazorla, nos apetecía disfrutarla y no quería estar pendiente del móvil y de cuándo terminaría él la carrera. Pero, una vez allí, no pude no hacerlo y fuimos a esperarle al punto kilométrico 81 y luego a meta. Porque a Cazorla seguro que podremos ir más veces, pero que Emma y Ana sean partícipes de ver a su padre llorar cuando entra a meta después de correr 16 h 22 minutos, creo que es un recuerdo que se les va a quedar para toda la vida. 

También hay momentos en los que araño minutos de trabajo desde el móvil y no los cuento como trabajo

También ha habido rachas en las que he trabajado todas las horas disponibles, madrugadas en las que me he desvelado y me he puesto a trabajar a las 5 de la mañana, días en los que he elegido levantarme a las 6 para sacar una hora más de trabajo al día mientras mis hijas todavía duermen, tardes o noches en las que he sacado unos minutos trabajando desde el móvil mientras ellas estaban entretenidas en otra cosa, días de fin de semana en los que les he dicho que no podía jugar con ellas porque necesitaba editar y entregar algunas fotos… Y muchos de estos momentos, sobre todo los que son con el móvil, no los cuento como que estoy trabajando, porque además disfruto mientras trabajo, pero son de los que me acuerdo tras un buen rato de estar culpabilizándome por no seguir a piñón. Entonces necesito recordarme que en mi vida no puede ser todo trabajo. 

Necesito recordarme que mi prioridad de vida en estos momentos es mi familia

Así que cuando empiezo a tener pensamientos en bucle como los que he descrito en el primer párrafo de este artículo, unidos a la culpabilidad de reconocer en mi grupo de emprendedores de los lunes del Plan Okre que sigo sin grabarme ni publicar reels, necesito recordarme que uno de los motivos por los que decidí emprender fue para poder organizarme mi tiempo y no tener que dar explicaciones a nadie cuando quisiera disfrutar de tiempo en familia, además de que sé que, en estos momentos, mis hijas aún necesitan mucho mi presencia, pero dentro de 4, 5, máximo 6 años, tendré muchísimas más horas disponibles para dedicarle a mi proyecto (o a lo que sea mi prioridad de vida entonces) porque resultará que mis dos hijas ya son adolescentes y decidirán que su tiempo lo quieren dedicar a sus amigos y no a estar en familia. 

Aunque reconozco que espero no estar siendo tan tostón en la crianza para que durante la adolescencia y más adelante, aún tengan ganas de pasar tiempo conmigo y seguir viviendo experiencias juntas no porque sea lo correcto, sino porque les salga del corazón.

Fuente del Gorgotón, Cieza

Ya ves en la foto mi cara de felicidad bañándome en el Gorgotón. Era un sitio al que quería ir desde hacía un año y por fin sacamos hueco. Como decía en el párrafo anterior, en mi vida no solo puedo tener objetivos profesionales, también necesito ir disfrutando objetivos personales para poder sentirme feliz y plena en todos los ámbitos de mi vida, de modo que unos retroalimenten a otros y yo pueda brillar en todos.

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Marta Ahijado saltando en un campo verde con fondo de árboles

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